Así nos lo contaba en la Mañana Perico, jesuita y miembro del Grupo Inclusión, que trabaja en la atención y acompañamiento de los más desfavorecidos y que hablaba de la difícil y precaria realidad de muchas familias tudelanas, abocadas a vivir en chabolas y pasando grandes penalidades. Cada día reciben numerosas peticiones de bombonas de butano para calentarse o cocinar, alimentos, etc. En definitiva, productos para cubrir las necesidades básicas de personas de condición muy variada pero con un denominador común: la pobreza más extrema.
El Grupo Inclusión se reúne en el Centro Padre Lasa y además de intentar dotar de recursos a estas familias, las acompaña, las reconforta y asesora.
